EL COCA, Orellana.- Calles agitadas, comedores llenos, comerciales abiertos hasta tarde, era la tónica diaria en ciudad de El Coca, capital de la provincia de Orellana, hace dos años atrás, cuando el boom petrolero se paseaba por sus avenidas repletas de movimiento comercial, hoy la depresión es palpitante se siente en cada negocio cerrado y otros a medias. El petróleo ya no mueve la economía, pero muchos tienen la esperanza que la situación cambie.
Entre esas historias que dejó la crisis petrolera se encuentra la de Margarita Guamán, tiene 8 años con su “Cevicheria Yasuní”, ubicado en Juan Montalvo y Quito en el centro de la ciudad, reconoce que la crisis afectó duramente a su negocio de comidas, antes atendía a 80 comensales que le dejaban una ganancia de 40 dólares diarios, hoy solo son 30 personas que llegan a su comedor que le dejan a duras penas 15 dólares, la mayoría son empleados públicos, indicó Guamán. Antes tenía dos empleados que le ayudan en el local, tuvieron que despedirlos por la crisis.
Algo parecido nos comenta María Chiriapa, artesana shuar que tiene un establecimiento en el malecón del río Coca. Hace dos años el local era visitado constantemente por las personas dedicadas a la industria petrolera, quienes venían con sus familiares para llevarse un recuerdo de su estadía en la ciudad, “nuestra ganancia bordeaba los 200 dólares, actualmente solo alcanza para sobrevivir, para gastos de inversión y medio comer con $30”.
La alcaldesa El Coca, Anita Rivas, pone su esperanza en el turismo para despegar por ese motivo, declaró a la ciudad como “Destino de vida” e indicó que la municipalidad capacita constantemente a las personas involucradas en el área turística, incluso en la ciudad de Quito se realizan ruedas de negocios con empresarios; la idea es ir cambiando la mentalidad a la gente para que vea en la industria sin chimenea, la mejor alternativa que tenemos, después de la depresión petrolera, por eso estamos trabajando con la fuerza constante y con la verdad de siempre.
Otro de los sectores afligidos es el hotelero, pero ellos tiene la perspectiva que una buena promoción atraiga al turismo, y esta actividad sea su salvavidas, sueñan que Orellana se convierta en un destino de vacaciones para propios y extraños. Para Daniel Pauker, presidente de la Cámara de Turismo, una de las alternativas es buscar alianzas, capacitarse y potenciar los destinos y promocionarlos.