MONDAYACU, Archidona.- Inquieta, cariñosa, ladrando y saltando entre la maleza, aparece y desaparece. Con sus ojos, que resaltan su cruce entre pastor alemán y siberiano, llama la atención. Es la pequeña Gina, una perrita de año y medio nacida en Quito y traída a Mondayacu: la guía turística del Gran Cañón.
“La trajimos de Quito muy pequeña, junto a su hermano Oso. Su adaptación al campo y a la selva fue rápida, ya tiene 3 hijos parecidos a ella”, dice Marcelo Bedoya, propietario de la finca “El Paraíso”, donde se encuentra el atractivo natural del “Gran Cañón” en Mondayacu.
“Gina nos acompaña en cada recorrido que realizamos con los grupos de turistas que visitan el Gran Cañón”,cuenta Bedoya. Esta pequeña guía, conoce cada laberinto en la espesura de la selva y sabe a dónde se dirigen los recorridos.
Tanta es la simpatía que causa esta perrita que los turistas incluso se fotografian junto a ella.
Su custodio, tecuerda que este animalito tenía un hermano, que desafortunadamente y por su instinto de cazador, persiguió a un tigrillo llevándose la peor parte en el encuentro.
Hoy, Gina es la dulce compañera de todos quienes visitan el Gran Cañón a quienes recibe con un saludo, moviendo su cola y acercándose a sus piernas. Sabe cuando está por empezar una nueva aventura pues cuando ve llegar a nuevos turistas, espera sentada a la entrada de la casa hasta que todos estén listos pues ya conoce que ese lugar es el punto de partida del recorrido.
Al finalizar el recorrido, en el mismo sitio del que se parte, Gina despide a los visitantes con una tierna mirada y un movimiento de rabo, así la guía turística de cuatro patas dice hasta la próxima.