HOLLIN, Napo.– Una mezcla de aventura, ríos, fango y naturaleza, es lo que se puede disfrutar, quienes deseen descubrir la provincia Napo. La belleza de las cascadas es una conjugación de música natural y recogimiento espiritual con la Pacha Mama. Es un concepto muy diferente de hacer turismo, cascadas como el Hollín y Yanayacu, ubicada la una en la via Coca-Loreto y la otra en la Tena-Quito, cerca a Archidona, son una simbología del Edén.
Para llegar a la cascada Hollín desde el cantón Tena o Archidona, hay que transportarse en el bus interprovincial con destino al Coca y en el km 34 quedarse, en el sitio existe un restaurante que vende comida típica y es el sitio de partida, a dos minutos por un sendero, se llega a la cascada El “HOLLÍN ” con una altura de 20 metros, formando un gran vado de 40m por 30m, que la hace mágica y donde todo visitante se relaja. Además , muchos practican deportes extremos como el rafting y kayak en la zona.
Esta rodeada de bosque primario, abundante vegetación como; orquídeas ,kili, guarumos y una riqueza ictiológica donde habitan tábanos, mariposas azules y una infinidad de organismos por admirar, incluso coloridas aves. Otras de las llamativas cascadas es Yanayacu, lugar privilegiado por tener 8 cascadas en un recorrido de 3 km por el río Inchillaqui, existen cavernas y hermosos paisajes. Ostenta flora y fauna encantadora.
Susana Varela, dueña de la hosteria y restaurant HOLLÍN, manifiesta que es un sitio de tranquilidad y relax. Aclara además, que ella cobra a los visitantes $1 por ingresar al sitio, ese dinero es para dar mantenimiento al sendero que conduce a la cascada, y posee dos cabañas de primera para quienes deseen alojarse en la hosteria, el valor es de $20.
La cascada es “temperamental”, “persive a las personas que hacen daño a la naturaleza, el clima de la zona cambia abruptamente de sol a lluvia y nubosidad cuando los siente”, “la cascada se molesta y no los quiere”, comenta Susana Varela. El sitio es visitado por turistas extranjeros.
Ericka Estupiñan, corrabora lo dicho por la administradora del lugar, es un sitio bonito, lleno de tranquilidad, aquí uno se olvida de los problemas el sonido de la cascada es un calamante. Jorge Altamirano, quién también visitaba el lugar manifestó que la cascada es mágica, los sonidos del agua cayendo es como música instrumental y relajante, volviendo al lugar lleno de pasividad. Magia y aventura en la Tierra de la Wayusa y la Canela.