BAEZA, Napo.- A un costado de la iglesia antigua de Baeza, se encuentra un inmueble con características también antiguas; en él reposa un legado arqueológico, tecnológico y religioso de la Baeza de tiempos pasados. Wilson Gutiérrez, es el custodio de este patrimonio cultural del lugar, ubicado en el cantón Quijos.
Este emprendimiento familiar inició hace 10 años, cuando Wilson empezó a recolectar piezas y reliquias de los habitantes de la ciudad, incluso los traía de otros lugares para ir armando el museo que hoy es visitado por turistas nacionales y extranjeros, delegaciones de técnicos, investigadores y estudiantes universitarios y secundarios.
Wilson Gutierrez, se define como el custodio del patrimonio cultural de Baeza porque guarda celosamente en el museo de la localidad, casi toda su historia.
El museo es una estructura construida totalmente en madera, con paredes blancas y celestes, donde los contornos de puertas y ventanas son de color vino. Está dividido en dos ambientes: en uno se cuenta la historia de la población en fotografías y una maqueta en miniatura de Baeza; en el otro hay 150 piezas arqueológicas, trajes de santos, vírgenes y priostes que datan de los años 1700, incluso herramientas y equipos como cámaras de video y fotográficas de los años 20 que conjugan con piezas los de los años años 80 y 90 como betamax, juegos electrónicos y otros.
Muchos artefactos han sido donados por personas de la comunidad, según detalla el custodio del museo.
Wilson Gutiérrez, manifestó que junto a su familia, quiere dejar este patrimonio para que las futuras generaciones conozcan los orígenes del lugar y como se fue apuntalando para entrar al nuevo milenio.
Quienes visitan el museo pueden apreciar, por ejemplo, gráficas que cuelgan en la sala de exposición del lugar, acompañadas de una leyenda que detalla el pasado de Baeza.
Piezas de cerámica y de piedra como hachas y utensilios de moler, están encerrados en cubículos de cristal que tienen forma hexagonal.
Una réplica de una cabeza reducida, conocida como tzantza, es parte del conjunto de reliquias. La reducción de cabezas se atribuye al pueblo indígena Shuar.
Además, se guardan varias imágenes pequeñas de santos, vestidos de la Virgen del Quinche, misales escritos en latín, rosarios, portavelas, una filmadora antigua y un piano.
Todas las piezas han sido donadas: unas fueron entregadas por pobladores de Quijos, otras fueron donadas por el Municipio y otras fueron llevadas del museo de los padres josefinos que desapareció en la ciudad de Ambato.
Baeza y el museo que guarda toda esta riqueza cultural del siglo pasado, se encuentra a dos horas y 106 kilómetros de la Capital de la República, y es uno de los atractivos de la antigua Baeza, declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 1995.