Cada año los municipios cobran un impuesto por los bienes raíces que hay en la ciudad. Es decir, un terreno y todo lo que se construya en él. Usualmente los ciudadanos pagan el impuesto predial los primeros días y meses del año por los descuentos que pueden obtener. Estos recursos se ven reflejados en las obras que se realizan en cada una de las localidades.
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