CATAMAYO, Loja.- Hablar de San Pedro de la Bendita es hablar de costumbres, tradiciones, religión y buena gastronomía.
Esta parroquia que se ubica en el cantón Catamayo, provincia de Loja, es conocida entre los ecuatorianos como el lugar donde se elaboran los mejor bizcochuelos.
Rosario Virginia Díaz Pineda, tiene 75 años de edad, 50 años de ellos dedicados a este arte culinario, negocio que edificó de la mano de su esposo y con el que pudo sacar a sus hijos adelante y lograr que sean profesionales, comenta orgullosa esta mujer.
Rosario revela que su mamá sabía elaborar este producto, aprendiendo de ella pero entre risas revela que solo dos de sus hijos les ha interesado conocer cómo elaborar los bizcochuelos, las tortillas de maíz, keys y el pan de tierra, que son los productos que ofrece.
Entre los ingredientes que condimentan estos manjares están los huevos, chuno, azúcar, jugo de naranja y demás productos. Ella asegura que en días normales elabora unas 50 fundas de bizcochuelos, levantándose a las 6 de la mañana, pero cuando son fiestas o la visita de la virgen de El Cisne, debe levantarse a más tardar a las 05:00 y elaborar hasta cinco veces más de lo que hace normalmente esto gracias a la gran demanda de los turistas, quienes ya la conocen y prefieren su producto. Cada funda de bizcochuelos tiene un costo de 1,50 centavos.
Las delicias que ofrece Rosario son cocidos en horno de barro construido por su esposo ya fallecido. “He hecho los bizcochuelos en horno de gas, pero el sabor es diferente, el producto no es el mismo, no cambiaría el horno de leña”, comenta Rosario Virginia, quien añade que más se demora el horno en llegar a la temperatura exacta que en elaborarse los bizcochuelos.
Sus bizcochuelos han recorrido no solo el Ecuador, sino otros países, incluso personas de otras partes han llegado a que les enseñe a elaborarlos, conocimientos que ella ha brindado sin recelo alguno.
Entre las anécdotas que recuerda Rosario, es que es algunas veces el producto se le ha quemado, debido a que cocinar en horno de leña, es más difícil que cocinar en horno convencional, incluso una de sus hijas cuando estaba joven sufrió leves quemaduras, pero poco a poco ella ha ido dominando la técnica de encender el horno, el cual abarca hasta 100 bizcochuelos por preparación.
El proceso de colocar la leña, calentar el horno, quitar las brasas y colocar el producto resulta cansado para esta matrona, pero gracias al apoyo de uno de sus hijos y nuera, la labor le resulta más llevadera. En vacaciones sus nietos la acompañan y se unen a la labor, Rosario ha aprendido a sobrellevar el trabajo, convirtiéndose hoy en día -más bien- en su distracción.
Rosario es una persona muy sencilla y atenta, tiene una pequeña tienda a la entrada de San Pedro, aquí ofrece sus productos a propios y visitantes, clientes fieles que siempre regresan para saborear los deliciosos bizcochuelos hechos por las manos de esta mujer, quien asegura que a pesar de que muchos ciudadanos de San Pedro se dedican a hacer y vender este producto, su negocio no ha decaído.