Rossana Cevallos, alcaldesa de San Vicente
“El ser una mujer alcaldesa me permite ser sensible y observar desde diferentes ópticas las necesidades de mi cantón”
Una de las razones que me llevó a dedicarme a la política fue el constatar, desde muy joven, las necesidades de los ciudadanos de mi cantón. Recorrí varias comunidades y barrios y es ahí donde nació mi vida política. El ser una mujer alcaldesa me permite ser sensible y observar desde diferentes ópticas las necesidades de mi cantón. Así puedo administrar de manera equitativa e inclusiva los recursos.
En Ecuador, la participación de la mujer en cargos públicos y otros ámbitos ha tenido un impacto positivo, por su visión, dedicación y misión de servicio: las mujeres siempre trabajamos por una agenda común, basada en la defensa de los derechos humanos.
Como mujer, madre, hija, hermana, amiga y a la vez política, cumplo una agenda que abarca diferentes facetas, lo que me exige largas jornadas de trabajo. Mi satisfacción es que la ciudadanía recibe este esfuerzo con mucha alegría, mucha expectativa. Siento una gran responsabilidad con ellos, ya que confiaron en mí, y todos los días espero tomar las decisiones más acertadas en su beneficio.
Es en esos momentos, cuando me siento acompañada, respaldada por los ciudadanos. Siempre se enfrentan retos, por ejemplo, cuando se puede consolidar un proyecto de desarrollo, pero igual hay que seguir adelante.
San Vicente es un cantón con un gran potencial, como su capital humano, recursos naturales, culturales y con grandes valores y deseos de avanzar, lo cual favorece la inversión en las diferentes áreas productivas.
Somos gente amable, solidaria, soñadora y más que nada unida.
Germania Ullauri Vallejo, alcaldesa de Oña
“Todos tenemos capacidad hombres y mujeres, solo que en el caso de las mujeres ponemos la pasión a las cosas que hacemos”
Las mujeres tenemos una fortaleza, que es apasionarnos por lograr nuestros objetivos y nuestras metas. Le ponemos todo el empeño, ciento por ciento. Nosotras perseveramos por conseguir nuestras metas. Frente a las adversidades y obstáculos que se presentan no flaqueamos, sino que seguimos adelante.
Siempre quise ayudar al progreso de mi tierra. Desde el inicio luché para tener agua en mi pueblo, y he luchado también para elevar a cantón a Oña, ya que era una parroquia abandonada. Fue duro e intenso, pero finalmente se logró el propósito. Fui la primera alcaldesa en el periodo 1992 a 1996. Luego fui reelecta tres veces más.
La presencia de la mujer en el poder local es realmente limitado, ahora somos 221 Municipios y solo somos 16 mujeres, es decir existe una gran diferencia, pero ahora ya somos más. Un fenómeno que se dio en el periodo 2005 a 2009 es que de las 13 mujeres alcaldesas en el país, 4 éramos del Azuay: Nabón, Oña, Girón y El Pan, esto llamó mucho la atención.
Yo veo que la mujer ha tenido un avance bastante importante y ha ganado más espacios en el sector público. Por ejemplo, la Asamblea Nacional está liderado por mujeres. Mi municipio tiene cuatro mujeres como autoridades electas.
La mujer ecuatoriana y la mujer del mundo, a través de muchos años han venido luchando por nuestros derechos. Nosotras tenemos que seguir el camino, no debemos detenernos jamás ante una adversidad que se nos presente. Todo lo que nos propongamos lo lograremos, siempre y cuando mantengamos la perseverancia y firmeza en lo que queremos lograr.
Janeth Guerrero, alcaldesa de Catamayo
“Los grandes damnificados de una gestión pública es la familia, pero es la responsabilidad que asumimos”
Ser alcaldesa me ha permitido trabajar para poder conseguir con algunos objetivos. Especialmente resolver varias necesidades que tenía el cantón. Como autoridades tenemos la oportunidad de servir a nuestras comunidades y a la ciudadanía. Ese es uno de los factores fundamentales que nos lleva a asumir este tipo de responsabilidades.
Creo que todavía existe en nuestra sociedad el machismo, no todos aceptan que las mujeres también somos capaces, que hemos tomado la batuta, las riendas, sobretodo la valentía de asumir estos roles. La mujer está en muchos cambios, en muchas carreras, mostrando que puede ocupar estos cargos. Miremos los casos de Chile o Argentina, donde hay presidentas, e infinidad de alcaldesas, de prefectas, de viceprefectas, mujeres que han logrado ocupar un cargo de elección popular.
Queremos demostrar que estamos preparadas, que podemos cumplir con las expectativas de nuestra gente. Y eso lo mostramos al combinar nuestra vida familiar con nuestra vida pública. La mujer por suerte es organizada y se da tiempo para todo, no es solo madre o esposa, también puede llevar una casa, y es gracias a la organización.
La familia es una de las grandes perjudicadas, pero lograr esto, estar al frente de un municipio, es difícil si no se habla, si no se cuenta con el apoyo de la familia.
Denisse Robles, alcaldesa de Milagro
“Me veo más que una alcaldesa, como una amiga de mi comunidad”
Yo me siento infinitamente agradecida con los milagreños por haberme brindado la oportunidad, no solo ahora, sino desde que he estado involucrada en cargos públicos, como asambleísta, y ahora alcaldesa de la ciudad. Me veo más que como una alcaldesa, como una amiga de mi comunidad.
A mí me place y me enorgullece ser la primera alcaldesa que ha tenido Milagro, para poder demostrar que la mujer también está apta para ocupar este tipo de cargos, que tienen tanta responsabilidad. Actualmente vivimos un proceso en que la mujer está siendo incluida dentro de la vida pública, hemos podido llegar a diferentes ámbitos, político, cultural, entre otros.
Yo agradezco mucho a la ciudadanía de mi ciudad por el apoyo que siempre nos han brindado, para hacer de esta ciudad una tierra de transformación y cambio.
Creo que como mujeres, la bendición de ser madres, la capacidad que tenemos para organizar, planificar, el poner siempre nuestros sentimientos y nuestro corazón es sin duda una de las características más importantes que ponemos en nuestra gestión.
Sulema Pizarro, alcaldesa de San Miguel de los Bancos
“Las mujeres somos guerreras silenciosas, luchadoras, que combatimos cada día. Somos el género que pone color a la vida”
La experiencia de ser alcaldesa es bastante halagadora, las mujeres estamos involucradas en actividades de una responsabilidad mayor. Antes se nos veía solo como las amas de casa, a cargo de los hijos. Ahora se nos ve en cargos de gran responsabilidad, estamos en la toma de decisiones. Sin embargo, siendo una experiencia positiva, motivadora para las demás mujeres, también ha significado una lucha constante.
Al asumir estas responsabilidades he podido observar un machismo muy posicionado hacia las mujeres que nos desempeñamos como autoridades. He visto que a la mujer, en ocasiones, se nos ve como incapaz de tomar decisiones. Que por ser mujeres consideran que no podemos realizar una visita a una obra o un barrio. Se piensa que el lugar de la mujer es en casa.
No creo que se trata de pensar que la mujer no tiene la capacidad, sino que la sociedad nos traslada el mensaje de que el lugar para nosotras es la casa. Y esto genera a su vez un temor en las demás mujeres sobre participar en instancias políticas.
Pero muchos subestiman que la mujer, al ser administradora de su casa, al estar a cargo de los hijos, mostramos que tenemos capacidades, que somos multifacéticas. Yo no me había enfrentado a actitudes machistas, en ningún campo, hasta que entré al campo político. Arrastramos comportamientos en que a nosotras nos identificaban con el rosado, con las actividades más delicadas. Estamos concienciando que esta es una sociedad de igualdad de derechos, que no se trata de una guerra, sino más bien de un trabajo en conjunto.
Yo no sé si seré un caso excepcional, pero sentí muy contenta de mi hogar cuando mi hijo pequeño, al saber que era mi intención participar en política, me dijo que yo era capaz de hacerlo. Y mi hijo mayor, que estaba orgulloso de lo que yo quería hacer. Mi esposo es mi principal hincha. Es mi motivador y me ha apoyado mucho siempre.
Sin embargo, como decía, he visto que el ámbito político es muy celoso; aún hay un recelo sobre que la mujer se involucre en el ámbito político.
Mi mensaje para la mujer no es otro que expresarles que debemos estar orgullosas de lo que somos, de ser mujeres capaces, que desde nuestros ámbitos mostremos que podemos conseguir grandes cosas, que podemos mejorar esta sociedad.