Después de décadas de sufrimiento por la escasez de agua potable, hoy el cantón Montecristi da un paso histórico hacia la solución definitiva de este problema que ha afectado a miles de familias, el Municipio anunció que se logró el aval soberano, para ejecutar el megaproyecto de agua potable, considerado la obra más grande, estructural e importante en la historia de esta localidad.
Gracias a la decisión del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y del Gobierno Nacional, se otorgó la resolución del aval para perfeccionar el crédito de 28 millones de dólares aprobado a inicios de este año por la Corporación Andina de Fomento (CAF). Este aval completa el proceso financiero que permitirá ejecutar el megaproyecto.
Con esta inversión, el cantón contará por primera vez con un sistema integral, desde la captación hasta la distribución final, garantizando un servicio seguro, digno, sostenible y económico para toda la población. Esta infraestructura transformará la calidad de vida de miles de hogares que durante años enfrentaron racionamientos, altos costos y dificultades para acceder al agua.
El alcalde Jonathan Toro destacó que este logro es el resultado del ordenamiento financiero impulsado desde el inicio de su administración. “Al principio nos dijeron que Montecristi no podía por la situación crítica del Municipio; pero demostramos que, con disciplina, gestión y compromiso, sí es posible. Hoy nuestro megaproyecto del agua será una realidad”, afirmó.
El Municipio de Montecristi expresa su agradecimiento al Gobierno Nacional, al Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Energética (MAATE), a la Gobernación de Manabí, y de manera especial al presidente de la República, Daniel Noboa Azín, por permitir que el Estado ecuatoriano respalde financieramente esta obra estratégica.
Asimismo, se reconoce el apoyo de la presidenta de la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas (AME), quien acompañó y respaldó la gestión institucional para la obtención del aval soberano, fortaleciendo la articulación entre los diferentes niveles de gobierno.
Este hito marca el inicio de una nueva etapa para Montecristi, donde el acceso universal al agua potable dejará de ser un sueño y se convertirá en un derecho garantizado para todos.
