¿Imaginen?… Descansar para siempre… en lo que… – sin pensamientos teológicos – representa amor… belleza natural… porque para mí descripción, el amor está en la naturaleza y en la convivencia de respeto que tengamos los humanos con los demás seres vivos. Entorno real que podemos vivirlo al visitar la bella ciudad de Tulcán y su Cementerio; motivación de éstas palabras, declarado Patrimonio Cultural desde el 28 de mayo de 1984.
Dicha acreditación fue concedida por el instituto de Patrimonio Cultural de la Nación, al Cementerio Municipal, José María Azael Franco, que cumple su trigésimo primer aniversario. Julio César Robles, alcalde de Tulcán, organizó una velada cultural en homenaje al bello Camposanto.
Al finalizar la tarde con la magia crepuscular de esta zona fronteriza del Ecuador fue la hermosa y justa atmósfera de la ceremonia en la que el municipio también entregó un reconocimiento a Lucio Reina, autor y escultor de la obra ‘Parque de los Recuerdos’, arquitectura en ciprés que se asienta en la parte posterior de la necrópolis.
Es así que el Cementerio de Tulcán, nos confesó su emocionado alcalde, “es orgullo de ser tulcaneños y ecuatorianos, en Tulcán dan ganas de morirse. Único cementerio en el mundo que invita a la muerte”.
En el 2014, la administración con recursos propios, invirtió en la construcción del Boulevard del Cementerio, una obra inédita que requirió de la visión, gestión y decisión para resaltar la imagen de este atractivo turístico. (L.S.A)
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