LA MADRE SELVA SE CONVIERTE EN UN ALIADO PARA COMBATIR AL COVID-19

TENA, Napo.- Entre mediados de mayo y los primeros días de junio, varios comuneros de la nacionalidad Waorani, en la parroquia Cononaco, de la comunidad de Dikaro, registraron los primeros casos de COVID- 19. Esto activó la memoria de otras epidemias y como fueron los ancianos de las diferentes comunidades los encargados de hallar un sentido a lo que estaba sucediendo, y recurrieron a la medicina ancestral.

La medicina ancestral está basada en plantas naturales. El brebaje o la receta la enseñan los adultos a los menores, pasando de generación a generación. Los adultos de las comunidades enseñan a su familia distintas recetas para combatir las enfermedades. El COVID-19 llegó y ellos han encontrado en esta medicina un aliado para hacer frente al virus.

Aunque los primeros días de la pandemia se registraron fallecimientos, quienes quedaron convalecientes, actualmente ya están recuperados, así lo informó el alcalde del cantón Aguarico, Juan Carlos Orellana, quién visitó a estas personas, para conocer de cerca la situación sanitaria de esta población que habita al interior del Parque Nacional Yasuní, en la selva ecuatoriana.

Arajuno, es una localidad selvática, que pese a tener una tasa de contagios alta, sus autoridades aseguran que la situación está controlada. “Los afectados se han recuperado y su salud se encuentra mucho mejor, por lo que se analiza el cambio a semáforo verde”, señaló el alcalde César Grefa.

Los elementos que utilizan para preparar esta bebida medicinal, es un compuesto de plantas nativas como corteza de challua caspi, otro de curi, llushtunda, musuwaska, chuchuguaza, hoja de ajo silvestre y jenjibre; mezclado y hervido durante 20 minutos o simplemente fermentado en licor de caña de azúcar, explican los comuneros.

Kwilin Alvarado, es un kichwa, que, en su propiedad, ubicada a media hora de la ciudad del Puyo, tiene plantaciones con especies medicinales. “Tengo una plantita que es el matico, ha ayudado a muchas personas que se han contagiado”, indicó.

En el Tena, capital de la provincia de Napo, encontramos a Jacobo Andy, acompañado de su pequeña hija y nos contó que hace unos días contrajo la enfermedad, por lo que tuvo que confinarse en su hogar y empezar un tratamiento de 15 días. “Los síntomas de esa enfermedad fueron decaimiento, dolor a la gargante, fiebre y ausencia de olores, por lo que inicie un tratamiento a base de medicina natural, que consiste en preparar una infusión con plantas como: jenjibre, matico, hierba luisa, uña de gato, ajo silvestre y limón, todo esto bajo la supervisión de un médico”, precisó.

Añadió que casi toda su familia se contagió, pero con la ayuda de la medicina ancestral todos están recuperados.

Asimismo, Tito Andi, de 49 años, oriundo del barrio El Dorado de la ciudad de Tena, junto a su esposa sufrieron los estragos del virus, por 15 días; ahora se encuentran bien y aseguran que, con los brebajes y vaporizaciones de estas plantas medicinales, su estado de salud mejoró.

A pocos minutos del Tena, en Puerto Napo, en una humilde vivienda rodeada de naturaleza, encontramos a Luís Noa, un ex-enfermero de 50 años que se dedica a salvar vidas con un tratamiento de plantas medicinales recogidas en la madre selva. Según, Luís Noa, varias personas de todas partes del país, llegan a su morada para comprar sus compuestos. “Realizamos una evaluación, luego les colocamos una pomada de extracto de árbol de balsa en las fosas nasales y les recomendamos realizarse vaporizaciones y tomar la bebida por 5 días”, dijo.

Finalmente, el alcalde del cantón Aguarico, resaltó la importancia de mantener las medidas de bioseguirdad en la población, pues a pesar que la medicina natural se ha convertido en un gran aporte para combatir el COVID-19, las cifras de fallecidos reflejan la crítica situación que vive el mundo por la pandemia.

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